Se estaba haciendo tarde. Estaba tirando cosas en un repositorio de datos para probar el diseño de página en el que estaba trabajando.
Me apropié de los miembros de The Clash para los nombres de usuario. ¿Nombres de empresas? Los títulos de las canciones de Sex Pistols servirían. Ahora necesito algunos símbolos de la bolsa de valores, sólo cuatro letras en mayúsculas.
Usé las palabras de cuatro letras.
Parecía inofensivo. Sólo algo para divertirme, y quizás también a los otros desarrolladores el día siguiente antes de enlazarlo a fuentes de datos reales. La mañana siguiente un gerente de proyecto tomó algunas capturas de pantallas para una presentación.
La historia de la programación está llena de este tipo de cuentos de guerra. Cosas que los desarrolladores y diseñadores hicieron “y que nadie más vería”, las cuales inesperadamente se vuelven visibles.
El tipo de fuga puede variar, pero, cuando sucede, puede ser mortal para la persona, equipo o compañía responsables. Los ejemplos incluyen:
Como para apropiarnos del viejo adagio de “una mentira puede viajar por la mitad del mundo mientras la verdad se está poniendo los zapatos”, en estas fechas y épocas una metedura de pata puede ser tuiteada y facebookeada antes de que cualquiera de los desarrolladores de la zona horaria esté despierto para hacer algo al respecto.
Incluso tu código fuente no está necesariamente libre del escrutinio. En 2004, cuando un comprimido del código fuente de Windows 2000 se abrió camino en las redes de intercambio de archivos, algunos muchachos lo revisaron en busca de profanidad, insultos y otros comentarios graciosos (el comentario // TERRIBLE HORRIBLE NO DIOS QUE MAL HACK, debo admitir, ¡se vuelve adecuado para mí de vez en cuando desde entonces!).
En resumen, cuando escribas cualquier texto en tu código –ya sea comentarios, registros, mensajes o datos de prueba– siempre pregúntate a ti mismo cómo se verá si se convierte en algo público. Esto te ahorrará, todo el tiempo, algunas caras rojas.
Traducción: Espartaco Palma